La Sala, rehabilitación y mejora energética de un edificio cooperativo para gente joven en Calonge
Durante las temporadas de verano algunos municipios turísticos aumentan drásticamente su población, llegando a cuadruplicarla. En muchos casos, como es el de Calonge y Sant Antoni (Girona), este fenómeno dificulta la creación de vivienda estable y asequible porque contribuye al encarecimiento del precio del alquiler y deja vacíos muchos pisos de uso turístico durante la mayor parte del año. Según el Plan Local de Vivienda del municipio, se calcula que este tipo de viviendas representan más del 15%. Este escenario dificulta el arraigo en el pueblo, especialmente para la gente joven, que opta por marcharse a poblaciones cercanas con mejores oportunidades de acceso a la vivienda, más posibilidades laborales, o una combinación de las dos anteriores.
Ante las dificultades de acceso a la vivienda, en 2018 colaboramos con el Ayuntamiento de Calonge y Sant Antoni para la definición de estrategias y mecanismos para la generación de vivienda asequible en el municipio a partir de la movilización de las viviendas y edificios existentes. A partir de esta estrategia y a través de la alianza entre el Ayuntamiento y la cooperativa Sostre Cívic, se pone en marcha un proyecto cooperativo en régimen de cesión de uso para recuperar un edificio en desuso para transformarlo en vivienda digna y asequible para personas jóvenes del pueblo. Se trata de una iniciativa pionera siendo la primera de Cataluña que se dirige específicamente a este colectivo. Desde Celobert hemos procurado que, además, el edificio tenga un diseño bioclimático que permita el ahorro energético e incorpore materiales ecológicos y saludables.
El edificio consta de 14 viviendas distribuidas en planta baja y dos superiores, patio comunitario y una planta soterrada con aparcamiento. Este ha sido adquirido por Sostre Cívic con el apoyo del Ayuntamiento, que ha aportado un importe para facilitar la su adquisición. A cambio, el consistorio dispondrá de dos viviendas de forma permanente, con la intención de cederlas también bajo el mismo régimen cooperativo de cesión de uso que tiene el resto. El inmueble, que se construyó en el 2008 durante la crisis inmobiliaria y nunca llegó a ser habitado, acabó en manos de una entidad bancaria y después de años vacío y en desuso sufrió vandalismo y robo de materiales. Esto provocó importantes desperfectos en las viviendas, que han requerido la nueva ejecución de la mayoría de sus instalaciones, también de baños y cocinas, y la sustitución de puertas y cerramientos.
La premisa del proyecto ha sido realizar las mínimas actuaciones necesarias para dotar al espacio de habitabilidad, sostenibilidad y eficiencia energética. Para mejorar su eficiencia energética, se ha instalado en el sótano un sistema comunitario de calefacción y agua caliente centralizado, más eficiente y sostenible que el anterior, que funciona a través de una caldera de biomasa y las placas fotovoltaicas que cubren la cubierta y la nueva pérgola del patio. Además, el edificio dispone de un sistema de control y gestión energética que le permite reducir considerablemente su consumo de energía.
El proyecto nos ha permitido explorar la complejidad y las oportunidades que supone reconvertir un sistema de instalaciones individuales en uno colectivo, y dotar de vida un espacio abandonado en un municipio con necesidad de vivienda, concretamente para la gente joven. Es también una estrategia clave para hacer efectivo el derecho a la vivienda a través de la cooperativización de espacios en desuso y la colaboración público-privada, y celebramos que experiencias similares se estén llevando a cabo también en poblaciones vecinas como Palamós y Sant Feliu de Guíxols.
Col·laboracions
Joan Antoni Sosa | arquitecto técnico